All over (desde lo alto)
Los paisajes clásicos incluyen el cielo, estas obras por el contrario parecen vistas desde arriba y muestran el terreno, el suelo, su topografía simbólica.
La naturaleza colonizada por el hombre, es típica del paisaje italiano. En él se observan campos cultivados, colinas, ríos y llanuras con casas, canales, carreteras y otras construcciones humanas.
La naturaleza ha dejado de ser una amenaza hace siglos, y el hombre la domina, con las consecuencias que esto implica.
Campiglia tiene un archivo de imágenes en su memoria donde naturalmente estas consignas sobrevuelan sus ideas. Pero LC abstrae el paisaje de tal manera que la pintura toma la autonomía necesaria para transformarse en paisaje, en topografía, en mapa físico.
El límite es imperceptible entre la pintura abstracta y la pintura de paisaje aéreo. La pintura se vuelve contenido puro.
Las pinturas de Lara Campiglia transitan historias, marcadas por el proceso creativo, por el acto de pintar (dripping, chorrete, manchas). Campiglia se sitúa en el medio de la tela y desde ese lugar se transforma en la herramienta de su propia obra. Su cuerpo y sus brazos son los que marcan la distancia de sus movimientos y la gestualidad potenciada por el color.
La huella del gesto. Paisajes pintura y no pinturas del paisaje. La topografía del paisaje a veces está marcada por accidentes o su gestualidad corporal en el momento de pintar. Muchas veces el azar tiene una presencia que la artista rescata. El error, algún objeto extraño que cae sobre la tela mojada, pueden transformarse en parte del discurso pictórico.
En una de sus últimas estadías en la ciudad de Miami, desde un piso alto de un edificio, LC toma una foto mental de la ciudad y desde ese punto desarrolla la idea de la muestra, que fusiona la pintura y los paisajes desde vistas aéreas, como un solo discurso.
Por esas pinturas paisajes, también aparecen algunos detalles para detenerse como grandes franjas, alguna figura geométrica. Estas formas se acercan de forma irremediable a la nomenclatura de los mapas, donde marcan la presencia de una carretera, puente o una población al pie de una montaña.
Según Levi-Strauss la mente humana organiza el conocimiento en polos binarios y antagónicos (bueno - malo; dentro - fuera; nosotros - ustedes; natural - artificial, etc.) que se organizan de acuerdo con la lógica.
El paisaje de estas obras también podría estar estructurado por pares de opuestos relacionados lógicamente y por tanto compartirían la misma estructura, solamente que aplicada a diferentes cosas: un chorrete y un cuadrado blanco, un accidente en el relieve del paisaje y un número de referencia pegado con la propia pintura, como ejemplos.
A lo inalterado del paisaje, lo inalterado de la pintura (cuando cae y se mezcla por su propia voluntad), se le suman papeles numerados que marcan zonas, referencias o algún insecto que no sobrevivió pegado al acrílico o al esmalte.
Lara Campiglia ordena la pintura, le da un punto de vista, la rescata y a la vez formula reflexiones que relacionan al ser humano, la pintura y el entorno.
Fernando López Lage